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De la misma manada
Oaxaca, Oax., 14 de noviembre de 2011 (Quadratín).- Transitamos tiempos delicados de definiciones trascendentales. Situados entre suspicacias, elecciones, asignaciones presupuestales, definiciones políticas, relevos e informes de gobierno; elementos propios de una atmosfera de escepticismo e incertidumbre ciudadana ante vertiginosos sucesos en el país y en la entidad.
Hoy inicia el primer periodo ordinario de sesiones del segundo año de la LXI legislatura local y con ello habrá relevo en sus órganos de gobierno interior la Junta de Coordinación Política (JUCOP) y la Mesa Directiva-. Como lo establece nuestra Constitución local este martes los diputados locales recibirán el informe de labores del primer año del gobierno del Ejecutivo estatal (del cual ya nos ocuparemos más adelante); mientras que muchos de ellos se resisten a adecuarse a los nuevos tiempos.
Hace casi un año, en este espacio semanal (28 de nov. 2010) manifesté mi crítica en la columna titulada Oaxaca sin ancla la posición del entonces gobernador electo Gabino Cué, por haber convalidado una artimaña de última hora del gobierno anterior; para ceder la Junta de Coordinación Política al grupo parlamentario del PRI, que si bien, es la bancada más grande en el Congreso local, no es mayor que el número en su conjunto de la coalición legislativa (PAN, PRD, PC y PT). No era un ataque al tricolor, sino un exhorto a la correcta interpretación del mandato ciudadano: la mayoría la constituían la suma de los partidos coaligados y a ellos les correspondía las primeras definiciones, no obstante, no se antepuso así.
Ese error aún se resiente, y reside en dos situaciones: 1) La armonía política y el ánimo receptivo de la ciudadanía era corto, sólo alcanzaría para el primer año de la legislatura, lapso en el que esta coalición podría mantener la cohesión y objetivos comunes para impulsar los cambios más apremiantes. El reloj de arena presionaba: La coyuntura electoral nacional arrollaría la agenda parlamentaria convenida, vaticinio que se cumplió. 2) El haber concedido al PRI la junta de gobierno interior de la cámara local en el primer año de alternancia, se tradujo en parálisis legislativa. Se derribó la enorme expectativa depositada en una soberanía plural y legítima, desperdiciando la oportunidad histórica de construir una soberanía que fuera el pilar de la alternancia. Se confundió la responsabilidad política que tenían en el primer año, y con ello, no entendieron que un parlamento democrático no sólo debe ser representativo, sino también eficaz y transparente, tesis que no sucede a la luz de la alternancia.
La opacidad y la discrecionalidad en el Congreso del Estado son el común denominador; para este 2011 se tiene un presupuesto de 322 mil 165 millones de pesos del que se sospecha su incorrecta utilización. En este primer año hubo derroche, una evidencia son los convenios de publicidad otorgados bajo el criterio selectivo de adular al polémico presidente de la JUCOP. Para ampliar la ilustración basta consultar el portal de internet de este cuerpo legislativo: No hay registro de asistencias de los diputados a las sesiones; respecto a la actividad parlamentaria, es limitado el desglose de las iniciativas presentadas por legislador; no se saben los parámetros usados para estimar sueldos y prestaciones adicionales de los diputados; tampoco se dan a conocer los resultados de las auditorias practicadas; ni el desglose del gasto para el 2011 y la forma como se está ejerciendo; ni siquiera la información de la nomina de los trabajadores, como quedo evidenciado ante la negativa de la JUCOP de publicarla, solicitud presentada por el Instituto Estatal de Acceso a la Información Pública de Oaxaca (IEAIP); en síntesis, la cámara local no cubre los estándares mínimos de accesibilidad a la información.
No podemos perpetuar el modelo de simulación, la actividad parlamentaria de nuestros representantes locales deja mucho que desear. A penas se han creado ocho nuevas leyes de las cuales la mayoría esperan su correspondiente reglamentación, 131 iniciativas duermen el sueño de los justos junto con otros 42 puntos de acuerdo que seguramente perdieron vigencia. El trabajo en comisiones fue patético, no refleja las necesidades de Oaxaca ni tampoco el momento que atravesamos, hay comisiones fundamentales para el desarrollo de la entidad y para el resarcimiento del tejido social que no producen dictámenes. Por ejemplo: La comisión de trabajo y seguridad social uno, vigilancia de la auditoría superior del Estado y asuntos agrarios dos, asuntos indígenas tres y turismo cuatro. Los alcances son cortos y el letargo sigue siendo profundo.
Es momento de hacer un alto en el camino y reconsiderar su posición histórica ante el relevo de las autoridades camerales. La disyuntiva estriba: entre seguir en la ruta del desencanto y negligencia u optar por un comportamiento honrado, trasparente y abierto a la ciudadanía que fortalezca ese vínculo perdido.
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Twitter: @juandiazcarr
Maestro en economía, licenciado en derecho y consultor político.
Foto:archivo/ambientación